lunes, 17 de agosto de 2009

TERAPIA
El ancestral culto a la muerte
pone metro y medio bajo tierra
la redención que el corazón humano
hace a las virtudes y miserias
mientras sobre el gris de la tumba
una gota aterida de rocío
eriza el pimpollo ofrendado.

Absorto el terapeuta en su “inside”
elabora el luto, asume sus culpas
entre Edipo y Electra consume el conflicto
cuando siente que lo castran
sus pulsiones inconscientes

De pronto no sabe si lo que lo sofoca
es la transferencia de sus yoicos neuróticos
o las túrgidas nalgas que se balancean
bajo la falda de la muchacha
que pone flores en otra sepultura

Testigos del mandato divino
los hijos de Tánatos
convulsionan sus esqueletos
con una carcajada que se expande
hasta los confines de la eternidad.

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